En los últimos años los cómics han evolucionado en el sentido de que publicar historias ajenas a los superhéroes ya no representa un riesgo para las editoriales, y como resultado se ha dado un crecimiento en la popularidad del horror, la ciencia ficción y, sobre todo, la fantasía. Además, por fin parece que todo mundo se dio cuenta de la importancia y potencial de ofrecer material apto para niños, y hay gran cantidad de editoriales y sellos especializados y tenemos series que hace 20 años no habrían tenido lugar en la industria estadounidense del cómic. Y Wynd, de James Tynion IV y Michael Dialynas, es un perfecto ejemplo.
Wynd, el protagonista de esta historia, parece un muchacho normal, pero tiene un secreto mágico. Vive en Pipetown, una importante ciudad del fantástico mundo de Esseriel, donde trabaja como ayudante en la cocina de una popular taberna/cafetería local, fuera de la vista de los comensales. Su principal pasatiempo es subir a la azotea para espiar a la distancia a Thorn, el hijo del jardinero de palacio, de quien parece estar enamorado. La razón por la que evita pasar mucho tiempo entre el resto de los habitantes de Pipetown son sus puntiagudas orejas, que apuntan a un origen mágico que en este mundo no es algo bien visto.
La ciudad tiene estrictas leyes que prohiben la existencia entre sus muros de cualquier cosa o persona que tenga algo que ver con la magia, y aquellos cuya fisiología evidencia la "corrupción" mágica de su sangre reciben el despectivo nombre de weirdbloods (sangre rara). La mayoría de la gente con esta condición la adquirió tras entrar en contacto con una planta mágica, las cuales abundan en los bosques a los que casi nadie se aventura, pero Wynd es diferente. De hecho, nació así, aunque él mismo no tiene idea de cual sea su especie, pues fue adoptado por Miss Molly, la duela de la taberna, cuando apenas era un bebé.
El rey ordena volver a la ciudad al temible Hombre Vendado, un eficiente e implacable cazador de seres mágicos, para asegurarse de mantener a raya cualquier intento de insurrección. Lo que no sabe es que su hijo no desea gobernar y ya hizo arreglos para que lo ayuden a escapar de la ciudad, pues desea abdicar a favor de su tío. Cuando el plan es descubierto, un compacto grupo formado por Wynd, el Príncipe, Thorn y Oakley, la hija de Miss Molly y mejor amiga de Wynd, hagan un desesperado intento por escapar de la ciudad antes de que el Hombre Vendado pueda atraparlos.
Wynd Book One: Flight of the Prince es el nombre que recibirá la primera colección de esta serie, misma que originalmente se iba a publicar como novela gráfica antes de que BOOM! Studios decidiera lanzarla antes como una miniserie con la intención de apoyar a las tiendas de cómics, que se han visto muy golpeadas por el tema de la pandemia. Cada número tiene alrededor de cuarenta páginas de historia, es decir casi el doble de un cómic estándar, por lo que el tomo que se espera aparezca este diciembre en pasta blanda y unos meses después en pasta dura, rondará las doscientas cincuenta páginas.
La colaboración anterior de Tynion y Dialynas, The Woods, recibió elogios y reconocimientos por su representación de la comunidad LGBTQ+, y aquí hacen algo similar, pero de una forma que me llamó la atención. Desde las primeras páginas nos queda clara la atracción que Wynd siente por el joven y fornido jardinero Thorn, quien acostumbra salir a correr sin camisa todas las tardes, y un poco más adelante descubrimos que hay una relación platónica y homosexualmente implícita entre el Príncipe y Thorn, que parece ser su único amigo. Lo curioso es que el tema es abordado con naturalidad, sin insinuación alguna de que la homofobia sea una preocupación para alguno de los involucrados.
Esto resulta particularmente inusual si tomamos en cuenta que se trata de una historia cuyos temas principales parecen ser la intolerancia y la xenofobia. ¿Por qué entonces obviar un problema similar tan presente en nuestro mundo, como es la homofobia? No estoy seguro de que ésa haya sido la intención de los autores, pero me parece brillante la idea de presentar las relaciones entre personas del mismo sexo como algo normal y aceptado, incluso en un mundo en que la intolerancia alcanza niveles letales y en que el genocidio es visto por buena parte de sus habitantes como una solución viable a lo que perciben como una amenaza externa a su estilo de vida, que es "normal" y "natural".
Si buscan una historia interesante y amena, con personajes bien construidos y suficiente trasfondo como para ir más allá de un mero entretenimiento casual, pocas opciones resultan tan recomendables como este título, cuyo volumen 2 fue anunciado para mediados del próximo año.
En resumen, Wynd es un entretenido y emotivo cómic de fantasía que, pese a lidiar con temas de crecimiento y lá búsqueda del lugar de cada quien el mundo, usualmente dirigidos a un público adolescente, está ejecutado de tan buena manera que puede ser disfrutado sin empacho alguno por lectores de todas las edades. Lectura bastante recomendable.
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