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Tuesday, April 28, 2020

Crowded, de Christopher Sebela, Ro Stein y Ted Brandt

Muchas de las mejores historias de ciencia ficción nos resultan atractivas porque logran reflejar temas y situaciones del mundo real, ya sea con fines de crítica social, sátira, o meramente como una invitación a la reflexión. Y ése es el caso de Crowded, serie creada por Christopher Sebela, Ro Stein, Ted Brandt, Triona Farrel, Cardinal Rae y Juliette Capra.

La historia transcurre en un futuro muy cercano en que la economía mundial del día a día se maneja a través de apps y trabajos compartidos. Muchas de ellas nos pueden parecer familiares: existen apps con las que puedes alquilar tus servicios como chofer, o rentar tu auto, casa o departamento. Incluso tu ropa, si así lo deseas.

Si eres una niñera o te dedicas a pasear perros, también hay una app para ofrecer tus servicios. Y si existe alguien a quien quisieras matar, o pagar para que alguien lo haga por ti, también hay una app para ello.

Un momento... ¡¿Qué?!

No, no leyeron mal. Ésa es la función de Reapr, una plataforma de crowdfunding que se usa para financiar homicidios. Si hay alguien que consideras que merece morir, sólo debes abrir una campaña y aportar una suma de dinero. Si hay más personas que comparten tu opinión acerca del presunto blanco, pueden sumarse a la campaña y ayudar a que ésta reúna una cantidad que resulte atractiva para un sicario. Quien consiga matar al blanco, recibirá la transferencia de la bolsa acumulada durante la campaña.

Eso podría resultar en un caos y anarquía absolutos, así que existen algunas regulaciones. No existe veto alguno por parte de las autoridades para el uso de la app, pero quienquiera que mate a otra persona como parte de una campaña, enfrentará una cantidad de papeleo y trámites burocráticos que hacen que la mayoría de la gente prefiera no involucrarse, y los asesinos profesionales sólo participan en campañas que ofrezcan una bolsa muy atractiva.


Como es de esperarse en una economía de competencia, existen mecanismos de balance, y por ello existe Dfend, una aplicación usada para contratar guardaespaldas, la cual es empleada por todo individuo que tenga la desagradable experiencia de descubrir que existe una campaña en Reapr con un precio sobre su cabeza. Los Dfenders, como se conoce a los guardaespaldas, están sujetos a la misma burocracia que los participantes de la otra app.

La protagonista de Crowded es Charlotte "Charlie" Ellison, una despreocupada chica de cabello rosa que lleva una vida tan normal y poco distintiva en Los Angeles que es difícil imaginar que alguien pudiera desear verla muerta. Pero no sólo es así, sino que en unas cuantas horas la campaña para matarla alcanza el millón de dólares, lo que la pone en la mira de cualquier cantidad de asesinos tanto amateurs como profesionales.

Tras sobrevivir al primer atentado contra su vida (y robarse al tierno perrito Chihuahua de su geriátrica atacante), Charlie hace lo más sensato y, tras buscar refugio en un lugar de comida rápida, empieza a buscar opciones en Dfend.

El problema es que debido a que todas las campañas son públicas, todo mundo sabe que alguien quiere ver muerta a Charlie, y con el precio que hay sobre su cabeza, no hay guardaespaldas que estén interesados en aceptar el trabajo de mantenerla con vida, y sólo recibe respuesta de uno: Vita Slatter, quien es la DFender con las calificaciones más bajas de la app (1.4 estrellas de 5 posibles).

Lo que sigue es una frenética serie de persecuciones y tiroteos mientras Vita intenta mantener con vida a Charlie y ambas tratan de averiguar quién la quiere muerta y por qué. Y tal vez las cosas no serían tan difíciles si Charlie no fuese tan descuidada y propensa a usar sus redes sociales y su tarjeta de crédito, ni tan testaruda como para querer divertirse en lugares públicos, actitudes que sólo sirven para ponerla en riesgo constante.

La serie está llena de detalles que hacen de su mundo un entorno absorbente que uno no puede dejar de admirar. Por ejemplo, los influencers se han adaptado a esta nueva realidad, y algunos de los más populares son los conocidos como Reaprstreamers, quienes operan como asesinos en Reapr y realizan transmisiones en vivo de todas sus acciones, ganando seguidores y con ellos patrocinios.

Christopher Sebela, el escritor de la historia, hace un gran trabajo más allá de todos los detalles de construcción del mundo antes mencionados, pues también construye personajes redondos y creíbles que hacen que el lector se involucre de inmediato con lo que sucede en cada página.

A pesar de que la historia tiene pocos personajes secundarios de aparición recurrente, todos ellos tienen una personalidad propia que se manifiesta en las interacciones que tienen con las protagonistas sin importar que tan breves sean, y cada escena hace algo importante: avanzar la historia, desarrollar a los personajes, o dar profundidad al mundo que habitan.

El dibujo de Ro Stein y Ted Brandt, artistas que son pareja y colaboradores regulares en lápices y tintas, respectivamente, es muy atractivo, pues ofrecen un trazo tan limpio y dinámico que por momentos parece sacado de una animación, sensación que se incrementa gracias al excelente manejo de expresiones faciales y lenguaje corporal de todos y cada uno de los personajes, y que es complementado por la vibrante paleta de color empleada por Triona Farrell.

Notarán que al inicio mencioné que la serie es creación de los autores antes mencionados, además de Cardinal Rae y Juliette Capra, quienes fungen como rotulista y editora de la serie. No sé ustedes, pero es la primera vez que me topo con un cómic de autor donde, en honor al espíritu de colaboración que por naturaleza caracteriza al medio, todos los involucrados en su realización comparten la propiedad intelectual del mismo.

A la fecha han aparecido doce números de la serie. Los primeros seis episodios de la misma ya fueron recopilados en un primer tomo, en tanto que el volumen dos saldrá este mes de mayo con los seis restantes.

La historia no ha concluido, pero en la última entrega informaron que el tercer arco argumental será justamente el cierre de la serie, pero no verá la luz en el tradicional formato de números sueltos, sino que saldrá a la venta directamente en formato de TPB como volumen tres a finales de este mismo año. Si les causa curiosidad, y quieren probar antes de comprar, Image ofrece la lectura gratuita del primer número en este enlace.

Divertida, llena de acción y violencia, y poblada por personajes humanos, Crowded es uno de esos cómics que además de entretener invitan a la reflexión, y la humanidad de sus personajes lo convierte en una de las experiencias de lectura más satisfactorias que pueden encontrar entre la oferta actual. No esperen a que Rebel Wilson (Jojo Rabbit) concrete su intención de llevar esta historia a la pantalla y échenle un vistazo. Les garantizo que no se van a arrepentir.


Friday, April 24, 2020

Peter Canon Thunderbolt, de Gillen y Wijngaard

Peter Cannon, el hombre conocido como Thunderbolt, es el héroe más grande de la Tierra. Su inteligencia supera a la de cualquier otro ser vivo, y sólo su heroísmo es mayor, por lo que no es raro que todos recurran a él en el momento de mayor necesidad de la especie humana. Si tan sólo no odiara al mundo que se supone debe salvar...

Es probable que nunca en la historia del cómic haya existido otro título que haya sido tan explotado y sometido a escrutinio como ha sucedido con Watchmen durante más de tres décadas.

Lo que se suponía iba a ser una historia única y finita con la que Alan Moore se despedía del género de superhéroes se convirtió en un éxito de ventas que sacó lo peor de DC Comics y Warner, su compañía madre, que a lo largo de más de 30 años han buscado formas de seguir exprimiendo cuanto dinero sea posible a una propiedad que en su momento prometieron solemnemente que le devolverían a sus autores.

La promesa fue que Alan Moore y Dave Gibbons recibirían de regreso los derechos intelectuales de su creación una vez que ésta agotase su vida editorial... lo que no ha sucedido en más de treinta años y quizás jamás pasará. No es extraño que una promesa quede sin cumplir, sobre todo si hablamos de una corporación y una franquicia que no ha dejado de generarle dinero, pero duele ver el pobre nivel de los productos con que buscan perpetuar su explotación, como Before Watchmen o Doomsday Clock, y queda claro que la idea es obtener dinero sin importar la calidad del producto.

Y esa falta de calidad es lo que hace que los derivados que valen la pena resulten dignos de recatar, como es el caso de Multiversity: Pax Americana, de Grant Morrison y Frank Quitely, o la reciente adaptación televisiva que Damon Lindelof realizó para HBO. Pero lo que hace especial a Peter Cannon, Thunderbolt es el hecho de que se trata de una secuela no oficial, realizada por otra editorial, pero con un fuerte lazo a la idea original detrás de Watchmen.


El héroe titular fue creado en 1955 por Pete Morisi, y sus aventuras eran publicadas por Charlton Comics. En los 1980, al borde de la quiebra, Charlton empezó a vender propiedades, y la mayoría de sus superhéroes fueron adquiridos en 1983 por DC Comics. Cuando Alan Moore hizo la propuesta inicial para Watchmen, su intención era usar a esos personajes, pero DC decidió conservarlos e integrarlos a su línea regular, así que Moore y Gibbons crearon nuevos personajes inspirados por aquellos héroes.

En el caso de Peter Cannon, él fue la base para la creación de Adrian Veidt, Ozymandias. Por una peculiar cláusula contractual, cuando Pete Morisi falleció en 2003, los derechos del personaje quedaron bajo el control de su familia. DC tenía la opción de pagar una licencia de uso, pero dado lo poco que lo habían utilizado, decidieron no hacerlo, y unos años después la familia Morisi firmó un acuerdo con Dynamite Entertainment y el personaje apareció en su propia miniserie en 2008.

Lo que nos atañe en este espacio es Peter Canon, Thunderbolt: Watch, una miniserie de cinco números que fue publicada en 2019 justamente por Dynamite, la cual está escrita por Kieron Gillen y cuenta con arte de Caspar Wijngaard, color de Mary Safro y rotulado de Hassan Otsmane-Elhaou. 

Esta curiosa miniserie es un elaborado ejercicio metatextual que analiza y deconstruye Watchmen y la influencia que ha tenido sobre el género de superhéroes prácticamente desde su aparición, inspirando a toda una camada de escritores para quienes marcó un cambio en el paradigma bajo el que entendían dicho género.

La historia abre con la ciudad de Los Angeles bajo el ataque de extraterrestres surgidos de la nada (como el cefalópodo gigante en el clímax de Watchmen) y los héroes del mundo suplicando por la ayuda de Cannon. De forma renuente, éste accede a salvar al mundo, pero lo que aprende sobre la invasión lo deja atónito: La invasión era tan ficticia como letal, y la persona responsable es el Peter Cannon de una realidad alterna.

Esa es la premisa de la que parte este interesante ejercicio narrativo de Gillen, el cual está lleno de alusiones y referencias tanto gráficas como textuales a la clásica obra de Moore. No es ningún secreto que Gillen adora Watchmen y admira mucho de lo que hizo por el medio, pero eso no significa que esta obra sea un homenaje. En realidad se trata de un análisis a fondo del impacto de esa historia en la narrativa contemporánea de cómics, realizado de una forma crítica pero a la vez divertida.

Desde la primera página, Peter Cannon, Thunderbolt pone en exhibición y se mofa de muchos de los aspectos más nihilistas que caracterizan la trama central de Watchmen.

Cannon es un héroe renuente que odia a la sociedad, pero el descubrimiento de que existe una versión oscura y malvada de sí mismo lo lanza en un viaje para detenerlo que termina por convertirse también en un ejercicio de búsqueda personal que lo lleva a darse cuenta de una verdad que debía haber sido obvia desde un principio: que lo que hace especial al mundo, lo que hace que valga la pena salvarlo, es la gente que lo habita.

La idea detrás de Ozymandias es que se trata del hombre perfecto, pero en el caso de Peter Cannon esa presunción es puesta a prueba, y a lo largo de la historia el protagonista aprende que ser la persona más inteligente de la habitación no lo convierte en la mejor de ellas y que siempre hay espacio para mejorar, además de que la búsqueda por ser un mejor hombre es una constante, un trabajo siempre en progreso.

A lo largo de los cinco números que forman esta historia, Gillen analiza y desmenuza Watchmen, rescatando la tesis postulada por Moore acerca del género de superhéroes, pero al exponerla lo hace bajo una nueva luz y aprovecha para explicar por qué fue genial y relevante todo lo que logró pero, más importante aún, nos dice por qué se ha vuelto obsoleta y hace un llamado a seguir adelante, a dar vuelta a la página y pasar a lo que sigue, a probar cosas distintas para que el medio del cómic siga evolucionando.

A pesar de lo ominoso que puede sonar todo esto, es importante apuntar que Gillen se asegura de no tomarse las cosas demasiado en serio, y añade un cierto humor a la forma en que expone algunos de los temas de Watchmen y la fascinación que estos han ejercido sobre autores y fans durante más de treinta años.

No lo hace de una forma tan marcada o sarcástica como para que la obra se convierta en una sátira, pero es más que evidente que no teme mofarse de algunos aspectos anacrónicos y en exceso melodramáticos de la clásica épica de Moore y Gibbons. Diablos, no me extrañaría que el brujo de Northampton le hubiera dado su bendición.

En particular, el número 4 de la serie resulta especial, pues luego de que aprendió a romper la cuarta pared desde el primer número, Cannon visita el mundo "real", representado visualmente como un homenaje al trabajo de Eddie Campbell, artista que es colaborador frecuente de Moore, e incluso convierte al brujo de Northampton en uno de los familiares parroquianos del bar The Clock, quienes son versiones mundanas de los protagonistas de Watchmen.

Aquí me parece importante recalcar el extraordinario trabajo de Caspar Wijngaard, quien juega de forma magistral con la cuadrícula de nueve viñetas y cada vez que la rompe lo hace de una forma creativa y espectacular, pero sobre todo con propósito. Su manejo de los personajes en cuanto a expresiones faciales y lenguaje corporal es maravilloso, y el distintivo diseño de cada uno de ellos es parte del desarrollo que tienen a lo largo de la historia.


El color de Mary Safro es el complemento perfecto, creando atmósferas y jugando con la mezcla y balance de tonos cálidos y fríos de una forma diametralmente opuesta a la estridente paleta usada por John Higgins en las páginas de Watchmen. Del mismo modo, el trabajo de Otsmane-Elhaou en los rótulos es parte integral del mensaje y la narrativa en esta peculiar serie.

En resumen, Peter Cannon, Thunderbolt: Watch, es una magistral meditación acerca de Watchmen y el embrujo que ha mantenido sobre los cómics de superhéroes por más de tres décadas, es una crítica a la obsesión de los lectores de superhéroes con esa obra, y una invitación a pasar la página e ir a lo que sigue. Y es el mismo protagonista quien mejor lo resume en uno de sus parlamentos finales: "Al final, ¿esto? ¿todo esto? Lo hiciste hace treinta años. Por favor, intentemos algo diferente". No sé ustedes, pero yo no podría estar más de acuerdo.


Tuesday, April 21, 2020

Snow Glass Apples, de Neil Gaiman y Colleen Doran

Una de las historias más amadas y populares de todos los tiempos es Blanca Nieves y los Siete Enanos, y constantemente nos encontramos con nuevas versiones, aún si no siempre retratan de la mejor manera los temas de erotismo, pedofilia, incesto, necrofilia y vampirismo de la original.

¿Qué?

¿Cómo que Blanca Nieves no trata de ninguna de esas cosas?

Pues al menos la versión que nos es presentada en Snow, Glass, Apples, esos son los temas centrales de la historia.

El relato es una adaptación de un cuento de Neil Gaiman publicado en 1994 en una edición especial a beneficio del Comic Book Legal Defense Fund. En 1998 fue reimpreso dentro de la colección de cuentos del autor Smoke and Mirrors y más adelante apareció también en la antología de vampiros Love in Vein II (2005), editada por Poppy Z. Brite.

Se trata de un recuento del cuento de hadas popularizado en el siglo XIX por los hermanos Grimm, con la particularidad de que está narrada por la madrastra de Blanca Nieves, que por tradición es presentada como la villana de la historia, una malvada y envidiosa bruja. Aquí se trata de una joven reina que hace cuanto está en su poder por salvar a su reino de su monstruosa hijastra y su literal sed de sangre.

A inicios del año pasado, Dark Horse Comics anunció que como parte de su reciente línea de novelas gráficas que adaptan historias en prosa de Gaiman, Colleen Doran (A Distant Soil, Wonder Woman, Orbiter) sería la encargada de convertir Snow Glass, Apples en una obra de narrativa gráfica y, en efecto, la preciosa edición fue publicada el verano pasado. De inmediato se hizo acreedora a toda clase de elogios y alabanzas, y con justo merecimiento.

La narración en primera persona cuenta la historia de una joven reina que es seducida por el monarca de un reino vecino y poco después deciden unir sus reinos. El rey tiene una hija de su matrimonio anterior, aunque la joven princesa es elusiva y misteriosa. Rara vez se le ve fuera del palacio, y por lo regular sólo se hace presente de noche.

Poco tiempo después de la boda el rey parece enfermar y empieza a debilitarse poco a poco, su salud se deteriora como si sufriera de algún malestar crónico y desgastante (¿anemia, quizás?). Al poco tiempo muere, y deja el ahora expandido reino en manos de su joven viuda.

La reina desconfía de la princesa, pues siente que oculta un secreto antinatural, y tiene razón. Luego de un breve encuentro nocturno que le cuesta un poco de sangre, toma medidas para protegerse con magia y empieza a pensar en la forma de proteger a su reino del monstruo que secretamente vive al interior del palacio, sin importar que ello implique llenarse las manos de sangre.

Para su mala fortuna, todos sus planes y artilugios para tratar de proteger a su pueblo resultan insuficientes, y más aún luego de la visita a la región de un joven príncipe con apetitos sexuales un tanto... inusuales, quien se convertirá en aliado y prometido del pequeño monstruo y ayudará a que la historia llegue a una conclusión muy similar a la que todos conocemos, pero donde el "felices para siempre" puede no significar lo que todos creíamos...

En su introducción para el cuento en Smoke and Mirrors, Gaiman menciona que siempre ha pensado en este relato como una especie de virus, pues una vez que la has leído, tu visión de la versión tradicional cambia para siempre, y estoy de acuerdo.

Recuerdo que una amiga, después de que le presté el libro para leerlo, me comentó que había sido su historia favorita. Desde entonces y al menos por varios meses se dedicó a pintarle colmillos a cuanta imagen de Blanca Nieves en la versión de Disney podía encontrar, lo que no fue difícil pues tenía poco de aparecida la edición remasterizada en DVD y la publicidad abundaba.

La adaptación de Colleen Doran es extraordinaria. He escuchado decir que tiene un estilo inspirado en manga, pero ése no es el caso. Colleen es una estudiosa del arte y siempre que puede incorpora elementos estilísticos de artistas clásicos en su trabajo, y en esta ocasión el artista cuya influencia alimenta las preciosas ilustraciones de Doran es Harry Clarke, pintor irlandés del primer cuarto del siglo XX, famoso por sus vitrales e ilustraciones de libros, muchas de ellas evocadoras del Art Noveau.

Además de alterar su estilo, la artista decidió olvidarse de la composición estándar de una página de cómic, y en vez de dividirlas en paneles, optó por dejar que las imágenes fluyesen libremente una sobre otra, a veces encimándose o sólo como parte de una ilustración compuesta, lo que complementa a la perfección la narración en primera persona, presentada en cajas de texto que flotan entre el arte con textos tomados del cuento de Gaiman.

¿Qué tanto cambia en realidad el tono del clásico relato de Blanca Nieves en esta versión?

Bastante. Desde la primera página se habla de que la princesa es culpable de que su madre falleciera al dar a luz, y las primeras páginas parecen una reconstrucción del relato con una perspectiva similar a la que vemos en Game of Thrones: todo lo que ocurre es parte de una serie de manipulaciones políticas donde el sexo y las conspiraciones son recursos para alcanzar el objetivo deseado. Conforme la historia avanza, el tono se vuelve cada vez más oscuro y poco a poco adopta tintes de horror que llevan a un desenlace inevitable.

El cuento de Gaiman tiene la virtud de desafiar las expectativas del lector al subvertir los elementos convencionales del género y hallar nueva vida en una historia de sobra conocida. Que lo haga respetando elementos clásicos de la versión tradicional (la piel blanca de su protagonista, el énfasis en sacarle el corazón, o la fascinación del príncipe por la princesa muerta que encuentra en el bosque) hace su trabajo aún más impactante.

Así que si la adaptación a cómic ayuda a que la historia llegue a un público más amplio, mejor. Durante su realización Doran trabajó con el texto original, pero estuvo en contacto con Gaiman para hacer consultas sobre detalles y trasfondo, así que se puede decir que fue un trabajo colaborativo pese a la aparente poca participación de Gaiman. La adaptación ha sido nominada a varios premios, incluyendo el Hugo, y recientemente ganó el Bram Stoker, entregado por la Asociación de Escritores de Horror.


Si les gusta la fantasía, pero creen que algunas historias de su infancia se han vuelto obsoletas, o simplemente si están buscando un cómic diferente en tono e imagen a lo que encuentran semana a semana en los estantes de tiendas, Snow, Glass, Apples es una experiencia de lectura que no se pueden perder.


Friday, April 17, 2020

4 Kids Walk Into a Bank, de Rosenberg y Boss

En el último par de años, Matthew Rosenberg (Kingpin, Hawkeye: Freefall, Punisher, New Mutants, Astonishing X-Men) se ha convertido en uno de los escritores más consistentes de Marvel Comics.

Antes de ser reclutado por la Casa de las Ideas, Rosenberg publicó un par de interesantes miniseries en Black Mask Studios, y 4 Kids Walk Into A Bank, esta divertida comedia oscura creada en 2016 junto a Tyler Boss (Calexit, Dead Dog's Bite), fue una de ellas.

Cuatro niños enfrentan a una banda de ineptos criminales con consecuencias inesperadas. Paige es una decidida y testaruda chica de once años que vive con su padre. Stretch un largirucho y apacible chico que contrasta con la intensidad de Paige. Walter es el introvertido, tímido y callado nerd, y Walter un idiota bocón que sería insoportable si no fuera tan divertido.

Como la mayoría de los chicos de su edad, este grupo de amigos disfrutan de andar en bicicleta, usar radios de onda corta, y jugar videojuegos y Calabozos y Dragones. Sí, eso parece la descripción del elenco de cualquier película de adolescentes producida en los años ochenta, pero la caracterización lograda a través de diálogos e interacciones, ya sea entre ellos o con adultos, los separan de todo cliché, además de que la historia dista mucho de cualquier cosa que hayamos visto antes.

Las vidas de Paige y sus amigos son puestas de cabeza cuando aparecen cuatro rufianes en busca de su padre, quien dice no conocerlos aún si sus acciones indican lo contrario. Paige descubre que su padre debe un favor a los cuatro exconvictos, que ahora quieren que les ayude a robar un banco. Paige tiene dos opciones: dejar que su padre se involucre y se arriesgue a perder su libertad, o reclutar la ayuda de sus amigos y robar el banco antes de que los adultos puedan hacerlo.

Como en algunas de las mejores historias, la protagonista toma la decisión equivocada, lo que explica el título de la serie. La premisa parece ridícula, pero la trama nunca pierde realismo. Los chicos tiene toda clase de fantasías sobre cómo se van a dar las cosas, pero una y otra vez se topan de frente con la realidad. El resultado es una mezcla de drama y comedia en una historia de crimen con una fuerte carga emocional. El tono se establece desde la introducción de los personajes principales, pues en vez de conocerlos a ellos, nos son presentados sus personajes en una sesión de rol, lo que nos ayuda a entender sus distintas personalidades y la dinámica que existe entre ellos.

Pero creo que lo que hace que la historia funcione es el humor, pues hay un poco de todo, desde referencias a series animadas o películas, hasta hilarantes bromas que no estarían fuera de lugar en un episodio de los Looney Tunes, sin faltar algo de humor sarcástico. Mención aparte merece el arte de Tyler Boss, quien tiene un estilo engañosamente simple.

Sus personajes tienen un diseño sencillo, y pareciera que se esfuerza en no mostrar perspectivas, pero no por una limitación artística, pues es una decisión consciente para mostrar el mundo en viñetas planas, cuyos encuadres recuerdan por momentos a los planos laterales tan comunes en las películas de Wes Anderson, que convierten a los personajes en el centro focal de todo. Algunas páginas están llenas de pequeñas viñetas que manipulan el ritmo narrativo, mientras que otras narran una secuencia a través de un diagrama, o usan juguetes y avatares de juegos en lugar de los personajes.

El uso del color es otro elemento que me recordó a las películas de Anderson, pues la paleta en cada escena ayuda a marcar el tono y atmósfera en cada una de ellas, sin que esto afecte la armonía del todo.

Los fondos son detallados cuando la escena lo requiere. El uso de proyecciones isométricas en lugar de perspectivas y vistas aéreas para mostrar el trazado de una casa, o cortes seccionados para mostrar el interior de un inmueble, son elementos visuales que me hacen pensar que la arquitectura o el dibujo técnico fueron parte de la formación artística de Boss, y son elementos que hacen de la lectura de 4 Kids Walk Into a Bank una experiencia sin igual.

Si te gustan las historias como Stranger Things, It, o The Body (Cuenta Conmigo), donde grupos de niños deben lidiar con problemas demasiado serios para su edad, o las historias de robos que hacen algo diferente u original, o simplemente las buenas historias, entonces 4 Kids Walk Into a Bank es la clase de serie llena de acción, risas y sentimientos a la que sin duda debieras echarle un vistazo.


Tuesday, April 14, 2020

Superman Smashes the Klan, de Yang y Gurihiru

Si existe un superhéroe al que se identifica como defensor de los débiles y campeón de los ideales de igualdad y justicia, sin duda se trata de Superman. Desde su concepción, el Hombre de Acero se caracterizó por tratarse de un personaje que, pese a tener poderes que lo ponen al nivel de un dios, es tan humano como cualquiera.

Al paso de los años, aunque la personalidad e ideales del personaje se han mantenido prácticamente sin cambios, el enfoque de sus historias se fue alejando de lidiar con esos problemas mundanos en busca de presentar ideas más espectaculares que pudieran atraer la atención de los lectores, tratando de crear la clase de situaciones que permitieran aprovechar al máximo el potencial de los increíbles poderes del último hijo de Krypton.

Quizás por eso resultó tan refrescante encontrarme con que Superman Smashes the Klan es la clase de historia que voltea hacia el pasado en más de un sentido.

Escrita por Gene Luen Yang y con arte del tandem japonés conocido como Gurihiru, se trata de una miniserie de tres números que nos recuerda por qué Superman es un personaje ideal para usar en narraciones aptas para lectores de todas las edades. La historia está basada en un arco del popular serial radiofónico de los años cuarenta The Adventures of Superman que lleva por título Clan of the Fiery Cross (El Clan de la cruz de fuego), emitido en 1946 y el cual tiene detrás una historia propia (aquí pueden escuchar el primer episodio, en inglés, claro).

En esa aventura Superman enfrentaba las racistas maquinaciones del Ku Klux Klan, y la historia resultó tan popular que tuvo repercusiones en el mundo real. Con sus actividades expuestas y avergonzadas por el héroe de uno de los dramas radiofónicos más populares de la época, el Klan no sólo tuvo problemas para reclutar nuevos miembros, sino que se estima que en las semanas posteriores a la emisión perdió a muchos integrantes.

Aunque a lo largo de los años muchas ideas e historias del serial de radio hallaron el camino para aparecer también en los cómics del héroe, Superman Smashes the Klan representa la primera vez que esta historia en particular ha sido adaptada a cómic.

El resultado es tan emotivo como divertido, e incluso podríamos calificarlo, hasta cierto punto, como algo un tanto educativo, pues más allá de lo que concierne a las aventuras del campeón de Metrópolis, la historia muestra situaciones históricamente correctas de la vida en algunas ciudades durante la época en que se desarrolla la historia.

La versión de Yang nos muestra a un joven Superman que enfrenta un preocupante brote de racismo en su ciudad, al tiempo que sigue aprendiendo a usar sus poderes e intenta abrazar su identidad como alienígena. La trama transcurre en 1946 y sigue a la familia Lee, que acaba de mudarse del Barrio Chino a los suburbios de Metrópolis.

El padre, el Dr. Lee, tiene un nuevo trabajo en el Departamento de Salud de Metrópolis y está ansioso por empezar, pero el proceso de adaptación es muy diferente para sus hijos adolescentes Tommy y Roberta. Tommy es de carácter relajado y extrovertido, por lo que no tiene problemas para hacer amigos en su nuevo vecindario casi de inmediato.

Por otro lado, su hermanita Roberta es tímida e introvertida, y se siente incómoda y fuera de lugar después de la mudanza. Lo única en que ambos están de acuerdo es en lo mucho que les emociona la posibilidad de conocer a Superman ahora que viven más cerca de donde éste opera. Pero el proceso de transición a un nuevo vecindario, escuela y amigos se ve complicado cuando entra en escena el capítulo local del Clan de la Cruz en Llamas, una clara alegoría al infame Klan, quienes están furiosos ante esta nueva invasión de "sucios e impuros inmigrantes" a un vecindario que consideran suyo por derecho.

Antes mencioné que el Superman que vemos en esta historia es joven, y puede que se pregunten a qué me refiero. Queda claro que tiene poco tiempo actuando como héroe, pero además descubrimos que todavía no sabe que puede volar, por lo que lo vemos correr sobre los cables de luz, y su nivel de fuerza parece bastante menor a lo que estamos acostumbrados. No conoce la kryptonita y, más importante aún, no tiene idea de su legado kryptoniano.

El aclamado escritor ganador del Eisner Gene Luen Yang era la persona ideal para adaptar esta historia, y hace un gran trabajo al retratar las dificultades de crecer como parte de una minoría racial en una ciudad de los Estados Unidos. Además, pese a lo delicado del tema, lo hace sin que la historia se vuelva demasiado compleja, y la adereza con una buena dosis de humor y diálogos que reflejan la inocencia de la época en que transcurre el relato.

El detalle de enmarcar la historia en el momento en que el joven e inexperto Superman apenas está descubriendo los detalles acerca de su pasado y se ve forzado a lidiar con las emociones que le provoca la revelación, enriquece la experiencia de lectura de una forma especialmente humana y conmovedora.

Mención aparte merece el arte. Chifuyu Sasaki y Naoko Kawano son un par de artistas japonesas que desde hace varios años firman sus colaboraciones como Gurihiru y poco a poco se han hecho de un nombre en la industria del cómic americano con su trabajo en portadas e interiores para varias editoriales.

Su estilo, con su aparente simpleza de trazo, dinámicas poses que indican movimiento y gran rango de expresiones faciales nos hace pensar de inmediato en una animación, y parece ideal para una historia de este tipo. La combinación de trazo limpio y colores vibrantes que caracteriza el trabajo de estas artistas le sienta muy bien a Superman, y es algo que hace de la lectura una experiencia visual más que agradable.

En resumen, Superman Smashes the Klan es una emotiva y entretenida historia que hará las delicias de los fans del Hombre de Acero, pues despliega muchas de las mejores características del personaje. Y si ustedes son de los que creen que la personalidad misma de Superman es el principal obstáculo para que sus historias sean atractivas o interesantes, creo que deberían echarle un vistazo a esta historia que ya pronto estará disponible también en un tomo compilatorio. Puede que se lleven una sorpresa.


Datos de Trivia
¿Sabían ustedes que elementos icónicos de la mitología de Superman, como la kryptonita, o personajes como Jimmy Olsen y el editor del Daily Planet, Perry White, aparecieron en el serial radiofónico antes que en los cómics? Y lo mismo pasó con la frase "¡Arriba, en el cielo! ¡Es un pájaro! ¡Es un avión! ¡Es Superman!”


Friday, April 10, 2020

Judas, de Jeff Loveness y Jakub Rebelka

Toda historia necesita un villano. Es algo que nos han dicho una y otra vez, y por lo regular es cierto. Por lo tanto “la historia más grande jamás contada”, como algunos llaman al conjunto de relatos que forman la biblia judeo-cristiana, debe tener a los villanos más grandes, ¿cierto?

La historia de Judas Iscariote, el discípulo de Jesús que vendió a su maestro por treinta monedas de plata, es una de las más conocidas en el mundo sin importar las creencias de cada quien. Su nombre se volvió sinónimo de traidor, y no se usa para bautizar a nadie porque ¿quién querría que su hijo llevase el nombre de tan deleznable figura?No es extraño que las historias bíblicas sean reinterpretadas o contadas en versiones alternativas. El resultado puede ir de una mera curiosidad o un divertido y blasfemo experimento, hasta verdaderas maravillas que encuentran una forma fresca y diferente de explorar estos relatos y a sus personajes.

Por fortuna Judas, de Jeff Loveness y Jakob Rebelka, es una de éstas.

La historia que Loveness y Rebelka eligen contar en esta obra no es una crítica al cristianismo, pero tampoco ensalza sus virtudes. Por el contrario, se trata de una balanceada reflexión sobre la naturaleza de la fe y el destino predeterminado, y usa de forma muy inteligente a un mítico y enigmático personaje que, sorprendentemente, nunca ha sido explorado de manera apropiada, ni en la Biblia ni en algún texto apócrifo que refiera a su conocida historia.

Todos sabemos que Judas era uno de los doce discípulos de Jesús, y que eventualmente lo traicionó, provocando su arresto y crucifixión, sólo para después, atormentado por la culpa, cometer suicidio. Pero eso cubre un muy breve periodo de su vida y nos deja con muchas preguntas alrededor de su persona.


¿Qué clase de hombre era antes de eso? ¿seguía a Jesús porque se identificaba con lo que predicaba? De ser así, ¿por qué lo traicionó? ¿y qué lo hizo sentir tan culpable como para quitarse la vida? ¿Será que más que un villano en realidad fue un simple peón, alguien cuyo papel en una elaborada puesta en escena estaba predeterminado? ¿Y si en realidad nunca estuvo en sus manos actuar de otra manera?

En términos generales, ésa es la reflexión que Loveness y Rebelka hacen en esta novela gráfica, y aunque se trata de una cuestión filosófica cuyo análisis podría ser muy extenso, Loveness elige usar un mínimo de diálogos y narración escrita, lo que además de dar espacio para lucir a Rebelka, resulta en un tono más íntimo para el relato, realizado en primera persona por su protagonista y aderezado con la ocasional cita de los evangelios tradicionales, o de una de las versiones gnósticas.

El arte de Rebelka también merece toda clase de elogios. El artista polaco es conocido por algunas portadas para el mercado estadounidense, sobre todo en el último par de años, pero se trata de un talento que vale la pena seguir de cerca. Su trazo tiene una engañosa simpleza que, combinada con una colorida pero “sucia” paleta, recuerda a los vitrales o al arte sacro medieval, lo que lo vuelve particularmente apropiado para esta historia.

No puedo elaborar más acerca de la historia porque arruinaría algunos de sus giros argumentales, así que sólo diré que se trata de una compleja historia contada con una simpleza asombrosa.

Conforme la historia se desarrolla nos va planteando muchas preguntas, pero no pretende responderlas de forma tajante ni busca llevarnos hasta una conclusión en particular, sino que invita al lector a reflexionar al respecto para sacar sus propias conclusiones, que me parece la mejor decisión.

Judas fue publicada por BOOM! Studios entre 2017 y 2018 como una miniserie de cuatro números, a los que siguió un tomo recopilatorio aparecido en el verano de 2018. El idioma ya no es impedimento para disfrutar de esta historia, pues a inicios de 2019 fue publicada en México por Panini Cómics en una bonita edición, y lo único que lamento es que por conflictos con mi calendario de trabajo no pude ser el traductor.

Emotiva, provocadora y complicada, Judas es una historia que trata sobre la traición, pero que también ahonda en temas como el perdón y la redención, aunque no siempre de la forma en que uno pudiera esperar, y fue una de mis lecturas favoritas de 2018.

sobre una versión previa publicada en La Covacha Mx

Friday, April 3, 2020

Murder Falcon, de Daniel Warren Johnson

La vida de Jake se cae a pedazos. Alguna vez un talentoso guitarrista de heavy metal, un problema personal lo hizo alejar a todos sus seres queridos. Ahora no tiene banda, novia, ni deseos de pensar en el futuro. Por si fuera poco, gigantescos monstruos se manifiestan por todo el mundo y amenazan con destruir a la humanidad. Tal vez sea el fin del mundo, pero a Jake no le importa.

Eso cambia cuando aparece en su vida Murder Falcon, un poderoso halcón antropomorfo que fue enviado desde un plano existencial conocido como The Heavy para ser el campeón de la humanidad y destruir al mal, representado por los monstruos antes mencionados.

Claro que para hacerlo necesita poder, y qué mejor forma de obtenerlo que de los poderosos riffs y solos de metal que Jake toca en su guitarra, los cuales le permiten desatar su furia contra las criaturas que buscan conquistar la Tierra.

Suena como una premisa un tanto demente, ¿cierto?

Pues en efecto, lo es, pero de una buena manera. Daniel Warren Johnson, creador de Extremity, la aclamada serie nominada al Eisner, regresa con una épica fantasía de rock y aventuras en la que el metal es la única fuerza capaz de impedir que los temibles y numerosos kaijus destruyan el mundo. Pero debajo de esa simple premisa hay además una historia humana y profundamente emotiva que incluso puede que algunos encuentren triste y conmovedora.

Murder Falcon es una miniserie de ocho números publicados entre 2018 y 2019 por Image Comics bajo el subsello Skybound, y el tomo recopilatorio con la serie completa está disponible desde julio de 2019. La historia y arte son obra del ya mencionado Daniel Warren Johnson, que hace equipo con Mike Spicer, su colaborador habitual en lo que respecta al color, y con el rotulista Russ Wooton, y juntos ofrecen una de las series más extrañas que haya visto en los últimos años.

La historia es simple y no se complica con argumentos rebuscados o giros innecesarios. Murder Falcon necesita que Jake toque para acumular energía y poder pelear por la humanidad, y juntos deben buscar y reunir a la vieja banda de Jake para invocar a otros avatares que les ayuden a salvar el mundo.

En la superficie se trata de una divertida historia de acción llena de espectaculares secuencias de pelea y monstruos temibles, y entre más pienso en lo que eso significa, más me convenzo de que en algún universo paralelo al nuestro debe existir una serie animada creada en los 1980 con esta misma premisa.

Lo primero que uno nota al leer este cómic es el arte y habilidad narrativa de Johnson. Desde los diseños del mundo, personajes y monstruos, muchos de los cuales harán las delicias de cualquier fan del metal, hasta su eficiente diseño de página, que combina espectaculares splashes llenos de energía con pequeñas viñetas que muestran las íntimas reacciones de sus personajes. El autor juega con la cantidad y disposición de las viñetas para manipular el ritmo de la historia que, en otra analogía con la música que la alimenta, por momentos se vuelve tan frenético que amenaza con dejarnos atrás.

El desarrollo de los personajes y la emotiva revelación de lo que llevó a Jake a apartarse de todo son ejecutados con maestría por Johnson, de una forma que hace evidente que la historia se alimenta de vivencias personales. Más allá de la rimbombante trama principal, en el fondo esta historia trata sobre cómo lidiar con los demonios personales y el impacto de estos en tu vida, trabajo o arte. Es un relato acerca de crecer como persona, de creer en ti mismo y en tu trabajo, y de aprender a confiar en quienes te rodean.


Murder Falcon es una épica historia de rock y monstruos que también trata sobre amor y amistad, dolor y pérdida, miedo y aislamiento, pero sobre todo, sobre el poder que la música y el arte pueden tener en nuestras vidas. Puede que la premisa no les resulte atractiva, sobre todo si nunca han sido fans del metal o las películas de kaijus, pero se trata de una de esas obras que te toman por sorpresa y se ganan tu admiración, así que si pueden echarle mano, se las recomiendo ampliamente.