En los últimos años los cómics han evolucionado en el sentido de que publicar historias ajenas a los superhéroes ya no representa un riesgo para las editoriales, y como resultado se ha dado un crecimiento en la popularidad del horror, la ciencia ficción y, sobre todo, la fantasía. Además, por fin parece que todo mundo se dio cuenta de la importancia y potencial de ofrecer material apto para niños, y hay gran cantidad de editoriales y sellos especializados y tenemos series que hace 20 años no habrían tenido lugar en la industria estadounidense del cómic. Y Wynd, de James Tynion IV y Michael Dialynas, es un perfecto ejemplo.
Wynd, el protagonista de esta historia, parece un muchacho normal, pero tiene un secreto mágico. Vive en Pipetown, una importante ciudad del fantástico mundo de Esseriel, donde trabaja como ayudante en la cocina de una popular taberna/cafetería local, fuera de la vista de los comensales. Su principal pasatiempo es subir a la azotea para espiar a la distancia a Thorn, el hijo del jardinero de palacio, de quien parece estar enamorado. La razón por la que evita pasar mucho tiempo entre el resto de los habitantes de Pipetown son sus puntiagudas orejas, que apuntan a un origen mágico que en este mundo no es algo bien visto.