Si hablamos de tópicos comunes en las historias de horror, las casas embrujadas son uno de los primeros temas que nos vienen a la mente, y aunque no es fácil hallar nuevas e interesantes formas de contar historias de ese tipo, nunca faltan autores que encuentran el modo de dar la vuelta a esa desgastada idea para crear algo novedoso.
Por ejemplo, ¿cuántas historias de casas embrujadas conocen donde la casa en cuestión sea la de un perro? Pues ésa es justo la premisa que llevó al nacimiento de la premiada y aclamada Beasts of Burden, creación de Evan Dorkin y Jill Thompson.
Los protagonistas de Beasts of Burden son un grupo de perros que viven en el apacible pueblo de Burden Hill y, acompañados por un gato, se ven envueltos en toda clase de aventuras que tienen que ver con lo sobrenatural. En la primera de ellas los vemos pidiendo la ayuda de un perro más viejo y sabio para averiguar a que se deben los extraños ruidos que se escuchan por las noches en casa de uno de ellos, que lo mantienen en vela e incomodan a sus humanos, lo que los lleva a descubrir una tumba no marcada debajo de la casa en cuestión.