Encontrar series regulares que hayan sido completadas por un solo equipo creativo a lo largo de su duración en una editorial grande es poco común, aunque no tan extraño como pudieran creer. En esos casos suelen no pasar de dos o tres años, excepto en casos en que la propiedad intelectual es de los autores. Incluso hay ocasiones en que forman parte del universo principal de estas editoriales, como en el caso de nuestra presente recomendación: Resurrection Man.
Mitch Shelley era un abogado en su natal Carolina del Sur hasta que se convirtió, contra su voluntad, en sujeto de pruebas para la organización clandestina conocida como The Lab (El Laboratorio). Inyectaron en su cuerpo unos artefactos nanotecnológicos conocidos como tektites, y aparentemente uno de los efectos secundarios de los experimentos realizados en Mitch fue la pérdida de la memoria, pues cuando lo conocemos se encuentra convertido en un vagabundo sin hogar y sin idea de su verdadera identidad. Pero el cambio más notorio en Mitch a causa de los tektites es bastante más radical que un severo caso de amnesia: ahora es inmortal.
Inmortal no en el sentido de que no pueda morir... de hecho, no recuerdo haber visto a un personaje morir tanto y tan a menudo, a excepción de Kenny en South Park, pero eso es tema aparte. Mitch Shelley muere como cualquier otra persona, con la importante diferencia de que revive en poco tiempo. Más interesante aún, cada resurrección suya viene acompañada de un extra, pues cada vez que regresa a la vida Mitch descubre que tiene un superpoder, distinto cada vez y relacionado a la forma en que murió la última vez.
La serie trata, literalmente, de la búsqueda de identidad de Mitch. No sólo tiene que recuperar sus recuerdos y reconstruir su pasado, sino que debe tratar de entender hasta donde se extiende ese pasado y cuales son las implicaciones de cada nuevo descubrimiento que hace.
Dan Abnett y Andy Lanning forman un infravalorado equipo de escritores, pues aunque no les falta trabajo, suele ser en proyectos de bajo perfil y poco publicitados. Sus historias juegan en los extremos del mainstream, y cada vez que toman una serie de superhéroes intentan hacer cosas poco convencionales con ellos. Su complemento ideal a menudo lo encuentran en artistas de estilo oscuro, y en el caso de Resurrection Man la elección no pudo ser más apropiada, pues Jackson Guice se hizo de nombre como artista del héroe más grande de todos: Superman (antes, durante y después de su muerte) y desde entonces ha explorado los aspectos más oscuros de su estilo.
Resurrection Man es una curiosa y entretenida mezcla de superhéroes, intriga, misterio y ciencia ficción con un toque de road cómic (¿existe eso?) y puede resultar de interés para cualquier clase de lectores. Si están familiarizados con el Universo DC puedo mencionar que las apariciones de Vandal Savage, Phantom Stranger o los Forgotten Heroes muestran algunas partes del rompecabezas que es la vida de Mitch Shelley, y si no, no hay problema, pues la historia está construida de modo tal que se entiende a la perfección sin tener conocimiento previo del funcionamiento del Universo DC.
Por desgracia su status de quasi culto no ha sido suficiente para justificar que se publique en algún formato recopilatorio, aunque los números individuales no deben ser difíciles de cazar en tiendas de comics tanto físicas como en línea y a un precio más que accesible. Créanme, vale la pena la expedición de cacería.
Historia: Dan Abnett y Andy Lanning
Arte: Jackson "Butch" Guice
Editorial: DC Comics
Formato original: 27 números en formato estándar de 32 páginas a color
Colecciones: Ninguna
Fecha de publicación: 1997-1999
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