En el tiempo que llevo escribiendo sobre cómics, nunca he comentado un manga, pero nunca es tarde para empezar, y que mejor que hacerlo con una de las obras venidas de Oriente que mayor impacto han tenido en la cultura occidental: Lone Wolf and Cub, de Kazuo Koike y Goseki Kojima.
Este manga cuenta la historia de Ogami Ittō, un samurai que servía como verdugo oficial para el Shogun hasta que cayó en desgracia a causa de intrigas preparadas por Yagyu Retsudō, quien quería la posición de Ogami para un miembro del clan Yagyu. Su familia y criados fueron brutalmente asesinados y sólo sobrevivió su hijo recién nacido, Daigorō.
Deshonrado y convertido en un ronin (samurai sin amo), Ittō se ve obligado a iniciar un viaje de redención y venganza que se conoce como meifumadō, que significa, literalmente, Camino al Infierno, y es también conocido como El Camino del Asesino.
Tras someter a su hijo a un antiguo ritual para decidir su destino, lo lleva consigo, y a partir de entonces se les conoce como el lobo solitario y su cachorro, que es de donde viene el título en inglés de la obra. Ogami y su hijo recorren aldeas y villas, donde Ittō alquila sus servicios como mercenario o guardaespaldas como un modo de subsistir mientras llega el momento de enfrentar a Yagyu Retsudō y saldar cuentas. Durante su viaje corren toda clase de aventuras y enfrentan a todos los hijos de Yagyu Retsudō.
Cuando éste y Ogami se enfrentan por primera vez, Kojima presenta su duelo en una secuencia de casi 180 paneles, siendo una de las secuencias de acción más largas jamás publicadas en la historia del arte secuencial. El arte de Kojima es claro y efectivo, con una narrativa que permite seguir largas secuencias sin diálogos de una manera coherente y simple sin por ello descuidar los detalles en la ropa, arquitectura y paisajes presentes a lo largo de la historia.
A lo largo de las más de 8,000 páginas que componen la serie, Koike y Gojima crean una visión del Japón feudal que luce realista y llena de detalles, que en buena medida ayudó a romantizar las historias de samurai y generó de inmediato numerosos imitadores.
La edición realizada por First Comics a finales de los 1980 alteró el arte original para permitir su lectura al estilo occidental, es decir de izquierda a derecha, y presentándolo en el tamaño de página que conocemos como americano, en tanto que la edición de Dark Horse reproduce la serie completa del mismo modo que apareció una vez completa en Japón, en 28 tomos, y respetando el formato original que se lee de derecha a izquierda.
La historia de Lone Wolf and Cub ha tenido gran impacto en la cultura popular tanto de Japón como de Occidente, generando toda clase de homenajes e imitaciones en cine, televisión y cómics. Road to Perdition, novela gráfica de Max Allan Collins, es un obvio homenaje a la historia de Ittō y Daigorō Ogami, y también se puede notar su influencia en obras como Ronin, de Frank Miller, películas como Kill Bill, de Quentin Tarantino, o series de TV como Samurai Jack.
Si nunca han leído manga y les gustaría empezar con algo que no involucre colegialas de grandes ojos o historias de fantasía y magia, Lone Wolf and Cub representa un excelente punto de entrada al mundo del arte secuencial japonés.
Título Original:子連れ狼 (Kozure Ōkami)
Historia: Kazuo Koike
Arte: Goseki Kojima
Editorial (en Japón): Futabasha
Editorial (en Estados Unidos): First Comics - Dark Horse Comics
Fecha de publicación: Futabasha, 1970-1976; First Comics, 1987-1991; Dark Horse Comics, 2000-2002
Formato original: 28 volúmenes de 300+ páginas, blanco y negro.
Formato First Comics: 45 números en formato estándar de 64 a 128 páginas c/u, blanco y negro (inconcluso).
Formato Dark Horse Comics: 28 volúmenes tamaño bolsillo de 300+ páginas, blanco y negro.
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