That Texas Blood, de Chris Condon y Jacob Phillips

Las historias de crimen siempre han tenido un lugar importante en los cómics. Surgidos en la década de los 1940, una vez que el medio empezó a diversificar sus temáticas más allá de los superhéroes o el humor, y quizás vivieron su época de mayor popularidad a inicios de la década siguiente, sobre todo gracias al éxito de los excelentes títulos publicados por EC Comics. Luego de la aparición del Comics Code Authority y una fuerte campaña de autocensura en el contenido de los mismos, estuvieron cerca de desaparecer, aunque de tiempo en tiiempo reaparecen con cierto nivel de éxito.

A finales del siglo pasado aparecieron varios autores cuya obra, de excelente nivel, ayudó a rescatar el género, esta vez con una fuerte influencia neo noir. Destacan casos como los de Brian Michael Bendis (AKA Goldfish, Jinx), Brian Azzarello (100 Bullets), Dave Lapham (Stray Bullets) y Ed Brubaker (Lowlife, The Fall), que inspiraron a otros escritores y hoy día el género y a la fecha siguen trabajando en variaciones del mismo. Uno de los casos más recientes es el de Chris Condon, quien hizo su debut como escritor de cómics con That Texas Blood, serie en la que hizo equipo con el artista también debutante (aunque sólo en su faceta como dibujante) Jacob Phillips.

Harley Quinn: Breaking Glass, de Mariko Tamaki y Steve Pugh

A lo largo de sus décadas de existencia, el mundo de los cómics siempre ha respondido de forma extraña a algunas modas, y hay personajes que han llegado a alcanzar niveles de popularidad suficientes como para sobrevivir a la tendencia que los vio nacer, aun si muchos no logran entender de donde vino su éxito.

Por ejemplo, en los años 90 se pusieron de moda los antihéroes, y aunque algunos repuntan de tiempo en tiempo, pocos son los casos de personajes que no sólo lograron mantenerse vigentes al paso del tiempo, sino que se volvieron aún más populares, al grado de llevar su éxito a otros medios, donde hallaron una nueva audiencia. Los ejemplos más claros son Deadpool, y Harley Quinn. En el caso de esta última, se trata de un personaje que nació en la televisión antes de aparecer en cómics, y que a lo largo de los años ha sufrido cambios y transformaciones, no siempre afortunadas, pero que de una u otra forma han servido para mantenerla vigente.

The New World, de Aleš Kot y Tradd Moore

Un problema de actualidad en todo el mundo que cobró gran relevancia mediática el año pasado es el de la brutalidad policiaca en las ciudades. El blanco suelen ser las minorías raciales y la gente de bajos recursos, pero no se trata de un tema reciente, sino de un problema sistémico para el que no se ve una rápida solución. Y sin duda esto fue algo que Aleš Kot y Tradd Moore tenían em mente mientras creaban el mundo en que se desarrolla su historia de 2018 The New World.

La historia tiene lugar en los Estados Unidos en un futuro crecano, después de una segunda guerra civil que alteró la situación política social y geográfica de aquella nación. En este mundo, la policía no se molesta en apagar sus cámaras corporales si planea actuar con exceso de violencia. Al contrario, se aseguran de ofrecer un buen espectáculo para los millones de televidentes que sintonizan desde casa el grotesco reality show en que se ha convertido la procuración de justicia y siguen con entusiasmo las acciones de policías equipados con armaduras de alta tecnología y autorizados para actuar como juez, jurado y ejecutor para complacer a las masas.